El día
amaneció bastante bueno, así que decidimos hacer una escapada en moto, tras
ponernos de acuerdo con Pepe, Fran y Pablo. Hoy sería una ruta diferente, ya
que nos acompañaban Isabel y Mª Paz, que no suelen atreverse a venir con
nosotros.
Salimos del
Bubbles tras tomar un café y nos dirigimos rumbo a Camarmeña. Rodamos sin parar
pasando Arriondas, Cangas de Onís,
Arenas de Cabrales y desde aquí cogimos el desvío que lleva a Sotres
pasando por Poncebos, donde empieza la
ruta del Cares, con sus aguas cristalinas y su color verde esmeralda.
Justo a la
entrada del pueblo, destaca la presa de Electra del Viesgo, y junto a ella sale
el camino que nos llevará a Camarmeña. Este pueblo está a 426 m., levantado en
plena ladera de la montaña, con casas de piedra y en él se encuentra uno de los
más accesibles y bonitos miradores sobre el Pico Urriellu o Naranjo de Bulnes.
Después de disfrutar de una primera imagen del coloso, nos dirigimos al bar
La Fuentina donde degustamos una estupenda fabada, cabrito asado y de postre
tarta de queso unos y un buen queso de Cabrales otros. Desde aquí hay una vista
espectacular del Urriellu.
Tras la comida, subimos a pié hasta el mirador. El mirador de Camarmeña
está alineado con la Canal del tejo, por donde discurre la senda que sube a
Bulnes y que han utilizado los vecinos para comunicarse con el exterior, hasta
la apertura del funicular.
Al fondo pueden contemplarse unas magníficas vistas del Macizo Central y en
especial del espectacular Picu Urriellu, el coloso que en 1904 coronaron por
primera vez de forma oficial, Pedro Pidal y Bernaldo de Quirós, marqués de
Villaviciosa y Gregorio Pérez “El Cainejo”, un montañero local que escaló hasta
la cima descalzo. Un vigilante de 2519 m. que saluda todas las mañanas a los
habitantes de la zona.
El mirador fué construido por el grupo de Montañeros Asturianos, y en él se
conservan grabadas las primeras páginas de la
historia del montañismo en los Picos de Europa, dedicatorias al célebre Picu
Urriellu o Naranjo de Bulnes y a sus conquistadores.
Desde aquí, unos seguimos
caminando, pasando la casa del Jorcadín, para ver más imágenes del coloso y
otros volvieron junto al bar, cerca de la bonita Capilla de San Pedro, para
reposar la comida. Se veía muy bien la Estación del funicular de Bulnes y la carretera
de subida a Sotres. Cuando bajamos nos encontramos con un “compañero” nuevo que
no quería dejarnos por si teníamos algo de pan…
Tras disfrutar del
Urriellu, pusimos rumbo hacia Llames de Pría, a ver si podíamos ver los bufones. Los bufones son
grietas y chimeneas abiertas en la roca del acantilado, conectadas con simas
marinas por las que las olas del mar empujan el agua con gran fuerza, formando
en la superficie surtidores de agua pulverizada visibles desde el exterior y
que pueden alcanzar más de veinte metros de altura, parecidos a un geyser.
Cuando hay marea alta
y el mar está bravo, un gran volumen de agua empujado por las olas entra con
gran fuerza por la parte inferior del bufón, y sube por el estrecho canal
provocando un silbido o bufido característico que es el que da nombre a la
formación.
Una vez pasada la preciosa
playa de Guadamía, nos dirigimos hacia los acantilados para disfrutar del
paisaje y escuchar el “Bramadoiro”, que hoy sonaba suave puesto que el mar
estaba tranquilo y por tanto no había bufones.
Isabel, Mª Paz y María,
bajaron hasta la playa de Guadamía, donde desemboca el río del mismo nombre,y
que sirve de frontera entre Llanes y Ribadesella. Al estar la marea baja,
pudieron disfrutar de un paseo por la arena.
Desde aquí nos fuimos
hacia Ribadesella para terminar la jornada tomando una cervecita frente al
paseo marítimo, para volver después a casa…
Fue una buena jornada en muy grata compañía.
Aquí dejo el enlace con una selección del resto de las fotos:
https://picasaweb.google.com/carbayu1/CAMARMENAPICASA?authuser=0&feat=directlink
Una ruta preciosa¡¡ además habéis tenido mucha suerte porque en Camarmeña no siempre se deja ver el Urriello ...
ResponderEliminarGracias por compartir.. nos vemos en la carretera ;)
V´ss