miércoles, 14 de septiembre de 2011

TOCANDO LAS NUBES.

Como el jueves  era fiesta, decidimos hacer una pequeña ruta, sin madrugar demasiado. Salimos de Oviedo con un día precioso, dirección Cantabria. Nuestra intención era subir hasta el Pico Tres Mares, que habíamos dejado en otro viaje, por falta de tiempo.

Empezamos a rodar tranquilamente y cerca de Llanes, aparecen las nubes. La Sierra del Cuera, como siempre, las retenía. Pero a medida que avanzábamos, mejoraba, y así llegamos a Cabezón de la Sal y decidimos parar a comer en la Campa de Santa Lucía, en Cerrajo, (a 1,2 kms), a orillas del río Saja, de donde sale por la Hoz de Santa Lucía, después de recorrer el Valle de Cabuérniga.

El lugar,  ha sido acondicionado para el esparcimiento y el baño pero aún mantiene su histórico sabor legendario: se pueden contemplar dos tradicionales casonas reconvertidas en mesones (la Venta de Santa Lucía está considerada casi un monumento), un viejo molino y los restos de un puente de piedra, el mismo por el que pasaron tantos carreteros y caminantes procedentes de Cabezón de la Sal o de los pueblos de la costa.


Después del café, continuamos. Cruzamos el puente sobre el río Saja y entramos en la Hoz de Santa Lucía. Tras este paso entre montañas se abre el Valle de Cabuérniga. Pasamos  Ruente, Valle de Cabuérniga , Fresneda, el Tojo, Molino y  la localidad de Saja, último núcleo habitado del valle de Cabuérniga ,y seguimos dirección Alto Campoo.

Desde Saja iniciamos la subida al mítico puerto de Palombera, unos 15 kilómetros de trayecto en los que no encontraremos ninguna aldea, pero que merece la pena recorrer puesto que la carretera discurre entre bosques salvajes de gran belleza, ya  que nos encontramos en el interior de la Reserva del Saja.

Además, en el camino encontramos  en primer lugar, el llamado Pozo del Amo, donde el río Saja, al despeñarse con violencia por la Canal del Infierno, crea un fantástico espectáculo de cascadas y remansos.
Las primeras aguas del Saja tienen  su origen en otros dos ríos, el Diablo y el Infierno, nombre con que la sabiduría popular los ha bautizado para reflejar en ellos la rudeza del lugar por el que discurren sus frías aguas, hasta que se encuentran en Tramburríos, donde el Saja recibe su nombre, para, seguida- mente, precipitarse hasta este pozo.



Ya cerca de la cima, entre hayas, acebos y abedules, se halla el Balcón de la Cardosa, que nos permite divisar un panorama impresionante y donde hay un monumento al corzo, que seguro que campa a sus anchas por aquí. 

Un poco más arriba, la famosa Venta de Tajahierro nos indica que estamos  llegando al puerto.

Esta venta, cuyas paredes tienen un hermoso escudo de piedra, ocupa el lugar de un establecimiento medieval en el que se detenían los carreteros que iban hacia la meseta. Por fin llegamos a lo alto del puerto, 1260m., que sirve de conexión entre el Valle de Cabuérniga y Campoo .
Después de una pequeña parada, comenzamos a bajar hacia Espinilla y desde aquí nos desviamos hacia la estación de esquí de Brañavieja o Alto Campoo. Pasamos La Lomba,  seguimos subiendo y encontramos muchas señales que prevenían no solo del paso de corzos, sinó también ¡de anfibios!...Llegamos a la estación de esquí (1640 m.) y continuamos hacia el Collado de la Fuente del Chivo(1992m.).


Este era un lugar salvaje donde los rebecos y los corzos pastaban junto al ganado de los montañeses y abrevaban en la fuente. Ahora hay un aparcamiento y un refugio cubierto, además de un mural  de piedra con un poema de Gerardo Diego dedicado al Pico Tres Mares.  Es el lugar ideal para ascender a las cimas y disfrutar de unos paisajes sensacionales.

 Cuando llegamos estuvimos observando a unas águilas culebreras que volaban cerca y el mar de nubes que se veía tras el refugio. Después comenzamos el ascenso hacia el Pico Tres Mares, dejando la moto a mitad del camino. Llegamos a la caseta superior de los arrastres de los telesillas y ya estamos al pié de la cima. Un poco más y llegamos.

El alto (2175 m.) está ocupado por un mirador donde está colocado un Belén de cumbres, buzones (había una nota de un montañero de Oviedo en uno ) y una cruz de hierro…
Desde aquí podemos contemplar claramente las tres vertientes que dan nombre a este pico; el agua que cae en la cumbre, puede dirigirse hacia el sur por el río Pisuerga, que las conduce hasta el Duero, y éste  las lleva hasta el Océano Atlántico; o hacia el NO, para ser arrastrada por el río Nansa hacia el Mar Cantábrico; o hacia el Este, en la cuenca del río Híjar, siendo arrastrada por el río Ebro y por él hacia el Mar Mediterráneo.
Desde su cima la vista es espectacular, divisándose las cuatro sierras de Alto Campoo, Fuentes Carrionas  y gran parte de los Picos de Europa. La silueta  de Peña Labra, (2017 m. ) como un mascarón de proa, se divisa perfectamente desde aquí.
Después de disfrutar de las vertiginosas vistas durante un rato, comenzamos la bajada hacia la Fuente del Chivo de nuevo y de regreso a casa por Cangas de Onís. Paramos a tomar un cafetillo en Benia y directos a casa, cansados pero satisfechos por el día tan perfecto que disfrutamos. 


   


El resto de las fotos las podeis ver pinchando en el enlace