lunes, 22 de febrero de 2010

ANCARES, Una comarca anclada en el tiempo.

Una comarca anclada en el tiempo.




Salimos de Oviedo hacia Villablino atravesando la comarca de Babia. Esta vez nuestra viaje fue a la comarca de Ancares, situada entre Asturias, Galicia y León; caracterizada por su indudable valor como reserva natural, pero con valles, montes, pueblos, etc… salpicados de vestigios hermosos y muy valiosos de diferentes épocas, conservados en un entorno apenas alterado por el hombre. Su territorio es difícil y pendiente, con gran riqueza forestal y espolvoreado de cientos de núcleos pequeños de población. Un auténtico tesoro etnográfico y paisajístico.

El día 25 de octubre de 2006 Los Ancares fueron declarados por la Unesco "Reserva de la Biosfera".

Nuestra “ base de operaciones” estaba en Vega de Espinareda, puerta de tres grandiosos valles casi paralelos, donde las tierras Leonesas se funden con Asturias y Galicia: Ancares, Burbia y Fornela.

El río Cúa pasa por esta villa y hay dos puentes que lo cruzan, uno nuevo y otro es un puente romano, restaurado después de que el río se llevara parte de él. En su parte norte hay una bonita playa fluvial, construída a mediados de los 70, y uno de los lugares más concurridos de la zona en verano. Al fondo se distingue “Peña Piñera”.



El emblema de esta villa, junto con el Puente Romano, es el Monasterio Benedictino de San Andrés ( siglos IX-X); en la fachada una hornacina contiene la estatua de San Andrés, patrono del monasterio desde el momento de su fundación y es del siglo XVI. Próxima al monasterio, se encuentra la Fuente de la Vida; según la leyenda, si se bebe siete veces en ella, se conserva la salud para siempre. Fue construida en 1742 por un monje benedictino. En su frontal tiene dos caños de bronce por los que sale abundante cantidad de agua.



Nuestra primera ruta fue hacia Burbia, pasando por Valle de Finolledo, Penoselo y desviándonos a Campo del Agua.


Paramos primero en Valle de Finolledo, un pueblo pequeño, pero precioso.
Después en Penoselo, que cuenta con uno de los robledales más bonitos de la zona y donde nos cruzamos con alguna que otra perdiz.


Y llegamos a Burbia. Este pueblo se asienta en un valle y está rodeado por varios sotos con castaños milenarios. Dicho valle está atravesado por el río Burbia y rodeado por montañas de indudable belleza. Destacan sus construcciones típicas : casas de piedra y pizarra con corredores de madera, molinos, su iglesia…Además tiene un camping y un albergue.


Desde aquí nos dirigimos a Campo del Agua, declarado por la Junta de Castilla y León en el 2008, Bien de Interés Cultural con categoría de Conjunto Etnológico. Es un lugar emblemático dentro de los Ancares, un poblado de Pallozas que hacia la función de "braña" de Aira da Pedra, donde en la temporada de primavera, verano y otoño convivía la gente con el ganado, bajando para Aira da Pedra en la temporada de invierno donde las nieves hacen imposible el pasto del ganado. Hay dos barrios más diferenciados, “El Regueiral” y “Las Valiñas”.Esta aldea está arriba, casi rozando el horizonte. El camino para llegar a ella es a través de pistas forestales, con unas vistas preciosas, en medio de un impresionante silencio. Hace casi un año, los vecinos reconstruyeron la Iglesia, que solo conservaba dos paredes y un arco.


Las pallozas, eran las viviendas habituales de la comarca de Ancares;

En el mismo recinto estaban situados la vivienda, el establo y el pajar. Solían ser frescas en verano y calientes en invierno; su forma puede ser circular, elíptica u oval, de gruesos muros de piedra y pizarra, y su techo se levanta con vigas de roble y se cubre con paja de centeno, a diferencia de las de Asturias que es de brezo, de forma cónica o piramidal, con un gran desnivel. Algunas son un pequeño museo que se puede visitar.


De ahí volvimos a nuestra base, no sin antes hacer una parada en Burbia, para tomar un aperitivo.


Después de comer en Vega de Espinareda, iniciamos otra ruta; esta vez por el Puerto de Lumeras, ( 1048 m),desde el que hay unas vistas preciosas; Cerca de Candín, nos desviamos en Villasumil, para ver el Castañeiro del Cantín, un castaño de 15m de circunferencia, por lo visto el mayor de Castilla-León. Dentro de un hueco que había en él, podría ponerse una mesa con sillas, para echar una partidita a las cartas…


Seguimos por Candín, Tejedo y tras coronar el Puerto de Ancares (1648 m), nos asomamos al mirador de Balouta, donde se divisa ya este pueblo, con numerosas pallozas en buen estado.
Las vistas son majestuosas, por un lado las cimas circundantes como Dos Hermanitos y Cuiña (1992 m.), el Teso Mular (1884 m), y por otro los valles
Desde aquí bajamos por una carretera con fuertes descensos y curvas muy cerradas hasta Balouta, no sin antes recibir la bienvenida de varios caballos salvajes



Después de pasear un poco por las silenciosas calles, fuimos a reponer fuerzas con una cañita y vuelta de nuevo, a Espinareda.


Aquí dimos un paseo antes de cenar, pues estaban con unas jornadas interculturales y había ambientillo. Y después de cenar otro pequeño paseo.

Al día siguiente volvimos por el Puerto de Leitariegos; en dos meses había desaparecido toda la nieve. Paramos a tomar un pincho en Cangas del Narcea y ya, hasta Oviedo sin parar…Quedaron rutas sin hacer, pero es que esta comarca, donde la gente es muy amable y hospitalaria, es un pequeño tesoro de lugares por descubrir, al menos para nosotros.



Pinchando en el enlace podreis ver el resto de las fotos



http://picasaweb.google.es/carbayu1/ANCARES?feat=directlink

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